25 de noviembre 2015
Veintitres años son muchos para un restaurante, sobre todo en una gastronomía dinámica y competitiva como aquella de la Antigua Guatemala. Para prevalecer en un entorno tan aguerrido se necesita un concepto sólido y una calidad alta y constante.
Estas son sin duda alguna unas características que podemos atribuir al restaurante que nació como Reading Rainbow Room en la séptima Avenida Sur en el lejano 1992. Desde sus orígenes el Rainbow tuvo la facultad de identificar las necesidades y los gustos de los viajeros y tuvo el mérito de evolucionar con ellos y su forma de viajar.
Quién en un arco de veinte años y más logra mantenerse entre los restaurantes más recomendados en las guías más populares, desde Lonely Planet hasta TripAdvisor, algo tiene que estarlo haciendo muy bien. Oigamos de Cristy y Rob, los actuales propietarios, que es exactamente.
DA: Ya viene el aniversario de Rainbow. ¿Cuántos años son?
Cristy: Son 23 años desde su fundación por Filippa, una inglesa y Ted, un estadounidense. Roberto y yo empezamos a manejar el restaurante en el 2007.
DA: ¿Cómo nació la idea?
Cristy: La idea original surgió cuando Ted buscando algo para leer no logró encontrar nada interesante. Era evidente que había encontrado un nicho con potencial y con Filippa decidieron abrir una biblioteca de libros usados. Se fueron a EEUU, compraron un montón de libros y los trajeron en carro.
Aquí en la séptima avenida encontraron este sitio. Al principio ocuparon sólo una pequeña parte de lo que hoy es el Rainbow. En ese entonces esta ubicación era considerada lejísimos del parque central y todo el mundo juraba que nunca iba a funcionar. Sin embargo, aquí en Antigua había una comunidad bohemia de extranjeros que ayudó a arreglar el local y empezó a reunirse aquí. En las noches hacían fogata, tomaban cerveza y tocaban música, así que poco a poso surgió la necesidad de agregarle un pequeño café a la librería.
Con los años el café creció y se transformó en restaurante, mientras que la librería perdió su importancia, hoy más que nunca ya que todo el mundo prefiere libros digitales. Sin embargo, ahí la tenemos y le sigue dando su ambiente característico al sitio.
DA: ¿De dónde viene el nombre Rainbow?
Rob: El símbolo del movimiento hippie era el arco iris y de ahí tomaron el nombre. Al inicio se llamaba Rainbow Reading Room pero con el tiempo solo quedó Rainbow.
Un elemento fundamental de Rainbow, siempre fue la música en vivo, desde los primeros días hasta hoy. De hecho, una de nuestras actividades muy populares es el Open Mic o Micrófono Abierto todos los miércoles. Muchos artistas locales como el grupo La Raíz empezaron aquí su carrera en una noche de Open Mic.
DA: Y tú cómo paraste aquí?
Rob: Llegué a la Antigua como mochilero. Originalmente mi idea era seguir viajando a México y los EEUU para buscar un trabajo en la temporada de esquí. Había terminado mis estudios de geografía y no tenía un plan fijo. Una amiga me convenció a venir a una de esas charlas de los martes en el Rainbow. Cristy estaba trabajando en la caja y yo me quedé platicando con ella en vez de escuchar la charla. Y así seguí viniendo al Rainbow y profundizamos nuestra relación.
Cristy: Yo estaba trabajando aquí y acababa de regresar de una estadía en Inglaterra. Roberto empezó a trabajar en diversos bares y restaurantes para ganarse la vida. Cuando supimos que aquí estaban buscando un gerente, ofrecimos hacer el trabajo en conjunto y nos dieron la oportunidad.
Yo había decidido estudiar administración de empresa en la universidad y trabajar aquí fue muy útil para mis estudios. A medida que se consolidaba nuestra posición como gerentes, poco a poco fuimos comprando las acciones de la empresa entre nosotros y mi mamá y al final nos quedamos con el restaurante.
DA: Entonces ahora es una empresa familiar?
Cristy: Podríamos decir que siempre lo fue ya que mi mamá lleva 22 años trabajando acá y ha conocido el negocio desde sus principios. Ahora aquí también trabajan otros familiares.
DA: Y ese tipo de empresa imagino que ayuda a mantener alto el nivel de calidad.
Rob: Definitivamente, al igual que mi suegra, la mayoría de los empleados lleva muchos años trabajando en el Rainbow y somos un equipo muy bien sincronizado. Yo soy el último llegado.
DA: ¿La comida cómo era al principio?
Cristy: Por lo que oímos, los fundadores siempre trataron de ofrecer una comida accesible dirigida al gusto de los viajeros, usando productos locales pero de calidad. Los desayunos eran muy importantes y la gente todavía nos busca por ellos, además que siempre va incluido un excelente café.
DA: Cómo ha evolucionado el menú en el transcurso de dos décadas?
Rob: La clientela ha cambiado mucho desde la fundación de Rainbow por Filippa y Ted. Los hippies han dejado el lugar a viajeros de toda categoría y a grupos de turistas. Es inevitable que el menú se haya adaptado a otro mercado y a las tendencias actuales. Ahora por ejemplo, ofrecemos una gran variedad de platos gluten-free para celíacos.
Lo que no ha cambiado es la idea original de ofrecer buena comida, abundante y a precios que, sin ser baratos, siguen siendo accesibles. Los ingredientes son de alta calidad, como la verdura orgánica de Caoba Farms o el café con certificación Rainforest Alliance.
Cristy: Nuestra comida podría definirse "internacional", en cuanto ofrecemos un poco de todo, falafel, hummus, pasta y mucho más. Tenemos muchas opciones vegetarianas debido a las preferencias de los fundadores y su clientela original. De hecho, fue solo hace unos años que empezamos a agregar platos con pollo y carne. El énfasis siempre fue ofrecer comida sana y fresca, por ejemplo, no usamos ni consomés ni productos procesados o contenientes GMS (glutamato monosódico).
DA: Esta ubicación en la 7a. Avenida Sur sigue siendo considerada alejada?
Rob: La Antigua ha crecido mucho y, a diferencia de hace 20 años, ahora aquí hay mucho comercio. Es mucho más fácil encontrarnos, ya que la forma de viajar también ha cambiado. Antes todo el mundo se orientaba con el Lonely Planet y era imprescindible estar mencionados en esa guía, ya que por aquí no pasaba mucha gente. Hoy en día todo el mundo usa las redes sociales y Tripadvisor. Pero la mejor publicidad sigue siendo la de boca en boca. Ahora como entonces, en Antigua se cruzan los viajeros que van del norte hacia el sur y aquellos con un itinerario opuesto y recomiendan los sitios que les han gustado en el camino.
DA: ¿Que hay de los martes de charlas que mencionaron?
Cristy: Una de las misiones de los fundadores era dar algo a cambio del negocio que recibía el restaurante y la forma de hacerlo fue establecer el Rainbow como plataforma de comunicación para las ONGs. De ahí nacieron los martes de charlas hace 12 años. La actividad consiste en proveer el espacio para que las organizaciones puedan compartir el trabajo que están haciendo y conectarse con los voluntarios que buscan oportunidades para ayudar. Muchos de ellos quieren involucrarse pero no saben donde empezar. En el Rainbow encuentran toda la información que necesitan. Para muchos viajeros trabajar en los proyectos de las ONGs es una excelente forma de conocer el país.
DA: Aparte las ONGs y la música tengo entendido que también hay un elemento cultural en el Rainbow.
Rob: Así es, son los bailes de San Andrés Itzapa. Es un grupo chiquito y con mucha necesidad, fundado por la propia comunidad indígena de ese municipio que aprovecha nuestro sitio para presentar sus bailes tradicionales y su cultura ante un público internacional. Para ellos es también una forma de conservar sus costumbres y transmitirlas a la nueva generación. Lo que destaca ese grupo es que se administra a su manera propia y genuina, sin intervención de extranjeros.
DA: Volviendo al inminente aniversario, ¿cómo lo van a celebrar?
Cristy: Durante el día habrá pastel, y en la noche va a haber fiesta con música en vivo, presentaciones de baile, show de salsa con mi hermano Martín y otras sorpresas. Así que no falten este 14 de noviembre, están todos invitados a celebrar con nosotros!