13 de septiembre 2017
Por una vez, en lugar de hablar de restaurantes queremos presentarles un hotel. Un hotel bastante especial, por cierto, ya que no fue concebido y construido con fines comerciales sino que con un propósito puramente altruista.
Imposible, dirán. Y sin embargo, no sólo es posible sino que ya está operativo. La fórmula mágica se llama Profit for Non-profit. El concepto nos pareció tan ingenioso que decidimos profundizar el asunto para ustedes. Quien nos presenta en todos sus detalles el Good Hotel, que así se llama y está ubicado en Calle del Hermano Pedro, es la actual directora Cristina Rebner, que ha sido involucrada en este innovador proyecto desde el principio.
DA: Danos algunos detalles sobre el Good Hotel.
Cristina: Se inauguró en septiembre de 2016, o sea que estamos por cumplir nuestro primer aniversario. Es un hotel de 20 habitaciones en cuatro categorías distintas, desde básicas con doble cama separable hasta mezzanine con cama tamaño holandés (que es muy grande).
DA: ¿Qué es lo que diferencia el Good Hotel de otros hoteles de la misma categoría?
Cristina: Lo más significativo del hotel es el propósito con el cual nació. Nuestro CEO es un holandés de nombre Marten Dresen, el fundador de la ONG Niños de Guatemala.
Todo empezó cuando Marten vino a estudiar español hace poco más de una década. Durante un voluntariado en una escuela de día conoció a Mirna, una niña que siempre iba descalza. Le nació espontáneo buscar una ayuda para la familia y les escribió a todos sus familiares y amigos en Holanda pidiendo una contribución. Inesperadamente consiguió mucho más de lo que necesitaba. Así fue como surgió la idea de la ONG. Niños de Guatemala hoy en día tiene más de quinientos alumnos en dos escuelas en Ciudad Vieja y una en San Lorenzo.
DA: ¿En qué manera está el Good Hotel relacionado con la ONG?
Cristina: Los alumnos crecieron y surgió la pregunta ¿qué van a hacer después de estudiar? Entonces se buscó una forma de generar empleo para ellos. Así nació la idea de los hoteles.
DA: Construir un hotel es una inversión considerable. ¿En qué manera se financia?
Cristina: En una manera muy innovadora, en la cual los inversores no reciben dividendos, sino que beneficios fiscales. Hemos construido un sistema fiscal por medio del cual la utilidad del hotel se dona a Niños de Guatemala. Cada vez que se realizan donaciones, los inversores reciben ese beneficio fiscal. Es un win win para todos.
DA: ¿Cuántos hoteles son?
Cristina: Ahora tenemos un hotel en Londres y este aquí en Antigua. Los dos apoyan a Niños de Guatemala. Sin embargo, otro objetivo de cada hotel es apoyar a su comunidad local.
Los hoteles están basados en tres pilares sociales. El primero es Profit for Non-profit, o sea que funcionan como empresas, con la diferencia que las utilidades se destinan para fines benéficos.
El segundo pilar consiste en ocupar el 75% de los puestos de trabajo en el hotel por mamás y papás de los alumnos de Niños de Guatemala. La mayoría es gente que nunca había trabajado en la hostelería. Aquí reciben una buena formación y el resultado es un equipo altamente motivado.
Nuestro objetivo a largo plazo es convertirnos en un centro de formación para nuestros niños y convertirlos en profesionales de la hostelería. Para ello buscamos colaboraciones con otros hoteles, creando oportunidades de trabajo y personal calificado. El primer paso fue abrir el hotel y ponerlo en marcha. Ahora el siguiente objetivo es implementar la escuela.
El tercer pilar social de Good Hotel es apoyar la artesanía local. De hecho, aparte el diseño que se realizó en Holanda, el hotel se construyó prevalentemente con recursos locales. Se buscaron elementos tradicionales como la terraza española y se fusionó con un minimalismo moderno que tiene su encanto propio. Todo el mobiliario fue hecho por artesanos locales que realizaron un acabado estupendo.
DA: ¿En qué momento te involucraste en este proyecto?
Cristina: Me incorporé en el Good Hotel en Amsterdam en octubre del 2015. En mayo del año siguiente me ofrecieron ser parte de este proyecto. En ese momento el hotel estaba todavía en obra gris.
Nunca había estado en Guatemala antes y, siendo este hotel el corazón de la empresa, para mi fue muy importante estar aquí. Al final, aquí es donde nació toda la idea y, hoy por hoy, es donde más se puede apreciar el impacto de nuestro modelo social.
DA: ¿Fue difícil para ti?
Cristina: Ha sido un reto pero no lo cambiaría por nada. Para mi la apertura de este hotel ha sido el mejor regalo de mi vida. Me siento totalmente ligada al proyecto y a nuestro equipo. Es lo más enriquecedor poderles ayudar y verles crecer.
En cuanto al hotel se construyó en tiempo récord y con excelente calidad. Desde la demolición del edificio antiguo hasta la inauguración pasaron exactamente once meses. A pesar de eso no se dejó nada al azar. Es muy importante para nosotros demostrar que aunque se trate de un proyecto social, la calidad y el servicio son premium.
Hemos trabajado muy bien el posicionamiento y logrado poner el hotel en el mapa en muy breve tiempo. Tenemos una buena ocupación y actualmente estamos ocupando el noveno puesto en Tripadvisor.
Y esta es solo la primera fase. Si todo va según los planes, estaremos desarrollando la segunda fase en el terreno aquí al lado a finales del año.
DA: Hablemos del restaurante.
Cristina: Entonces te presento a Elsa, nuestra chef.
Elsa: Mi nombre es Elsa Brito y estoy a cargo de la cocina. Es muy gratificante poder trabajar aquí. Aparte el fin social del hotel, lo que me encanta más es el clima de trabajo y el equipo armonioso y motivado que tenemos.
DA: ¿Quién creó el menú?
Cristina: Empecé yo con un compañero de Holanda. Él hizo un muy buen trabajo con la selección de bebidas y con el menú de desayunos. Actualmente tenemos siete opciones a la carta que han sido muy bien aceptado por nuestros huéspedes. Luego se incorporó el menú de tapas. A un año del lanzamiento ahora estamos evaluando lo que ha funcionado para definir la forma futura del menú.
DA: A qué clientela se quieren dirigir principalmente?
Cristina: En primer lugar a nuestros huéspedes, obviamente. Con los desayunos, que se están volviendo cada vez más populares, nos estamos enfocando en una clientela local. Un potencial importante lo vemos también en grupos grandes que usan el Good Hotel para reuniones o capacitaciones.
Elsa: Nuestro menú se encuentra en constante evolución, hemos agregado smoothies, sándwiches, tapas y crepas para tener opciones dulces también.
Sin embargo, nuestro objetivo a mediano plazo es convertirnos en restaurante formal de categoría alta, manteniendo la misma calidad de atención y servicio de las habitaciones.
DA: ¿Cuándo podemos esperar un menú de almuerzo y cena?
Elsa: Ya estamos trabajando en eso. Lo único que falta es implementarlo. Posiblemente para la temporada alta empezando en noviembre y aprovechar de los convivios de fin de año.
Cristina: También me parece importante resaltar que siempre preferimos trabajar con proveedores con un trasfondo social que encaje con nuestra visión.
Para darte un ejemplo de nuestra política social, nuestra chef Elsa es apoyada en la cocina por Marita que es mamá de cuatro niños. Tres de ellos estudian en una escuela de Niños de Guatemala. Marita ha aprendido muchísimo de Elsa y las dos hacen un buen tándem.
En la cocina cuentan con practicantes del INTECAP que, a cambio de su apoyo, reciben una excelente formación práctica. Está todo en sintonía con nuestra misión de fomentar la educación donde sea posible, no solo en nuestras escuelas.
Elsa: El mejor ejemplo del compromiso social del Good Hotel soy yo porque tengo la oportunidad de trabajar acá mientras aún estudio. Eso es algo que nadie me ofreció hasta que apliqué aquí.
Cristina: Para el Good Hotel lo más importante son las personas, empezando con los huéspedes, el personal, los proveedores, los colaboradores, todos aquellos que de alguna manera interactúan con el proyecto. Esas personas las cuidamos y protegemos de la mejor manera.