13 de noviembre 2017
A veces, los que tenemos la suerte de llamar a la Antigua Guatemala nuestra ciudad, nos preguntamos por qué tantos visitantes, sobre todo de la capital, a pesar de las horas interminables pesadas en el tráfico metropolitano, eligen sentarse en el automóvil una vez más el fin de semana para manejar hasta acá. La respuesta es tan simple como inesperada para nosotros, buscan algo que aquí damos por descontado: Un rato de paz y tranquilidad.
No se puede decir que en Antigua escasean los lugares que ofrecen precisamente eso, con sus frescos corredores, los patios coloniales y el relajante chapoteo del agua en las fuentes. Sin embargo, hay un sitio en específico que emana paz y tranquilidad en abundancia casi bíblica. El Vivero y Café de La Escalonia con sus exuberantes jardines en la 5ta. Avenida Sur, es lo que se podría definir un oasis dentro del oasis que es la misma Antigua.
Es un sitio fuera de lo común, con una historia igualmente singular. Nos la comparte el ingeniero Juan Carlos Torres, gerente general, quien durante más de cuarenta años se ha encargado de cuidar ese pequeño paraíso que es La Escalonia.
DA: ¿Cuándo se originó La Escalonia?
JC: El vivero se originó hace aproximadamente cuarenta años. Antes ésta era una finca cafetalera llamada Belencito.
Sin embargo, la historia de esta finca se remonta a la época de la colonia. En ese entonces este barrio se llamaba el Tortuguero. Todo esto eran pantanos donde había tortugas, plantas acuáticas e incluso peces.
En el siglo 18 era propiedad de los Belemitas, la orden del Santo Hermano Pedro de Betancourt. Se conocía como el Alfalfar de Belén y aquí es donde se estacionaban los carruajes y las carretas de los religiosos. En la segunda mitad del siglo 19 los Belemitas fueron expropiados por el gobierno del presidente Justo Rufino Barrios “el Reformador”.
Los nuevos dueños empezaron a cultivar la cochinilla en nopales para la producción de tintes naturales. Con los años la demanda bajó y se pasó a cultivar café.
Hace treinta años se empezó a dividir la finca y a desarrollar los proyectos inmobiliarios en la vecindad.
DA: ¿Todavía se produce café aquí?
JC: Un poco, pero ya no se le presta la atención de antes. Lo que se cosecha, se vende a una exportadora de café.
DA: ¿Cómo empezó el vivero?JC: El vivero empezó de una forma empírica dentro de la finca y hace 22 años se trasladó aquí para estar cerca de la calle. Al principio solo se tenía un trabajador, nunca nos imaginamos que un día se volvería una empresa con cuarenta colaboradores.
En la actualidad tenemos unos quinientos géneros de plantas entre todo tipo de árboles, arbustos, enredos, frutas, plantas medicinales etc. Además, entre los servicios que ofrecemos también realizamos jardines y damos mantenimiento.
DA: ¿Cuándo se añadió el Café de La Escalonia?
JC: El café restaurante cumple 16 años en marzo. Está ubicado en lo que antes era una de las guardianias y el establo de la casa. Todavía se pueden ver los comederos del ganado.
Fue a raíz de que se desocupó, que se pensó en abrir el café. Empezó con ocho mesas, ahora son casi treinta, incluyendo el área para niños.
La visión era crear un lugar de paz y tranquilidad. Pienso que se ha logrado muy bien y el concepto se ha ido ampliando con un área de meditación.
Además tenemos una nueva área para eventos con cupo de cincuenta persona. El uso de la misma es gratuito. Únicamente cobramos por el consumo, que puede ser un desayuno, nuestro menú de carta o un menú especial para el evento.DA: ¿A quién se le permite usar el área de meditación?
JC: Al que quiera venir, solo pregunta y se le da acceso, sin cobrar. Este espacio nació por su tranquilidad y su ubicación en medio de la naturaleza. Por la misma razón, a algunos les gusta venir aquí para trabajar, el ambiente los inspira.
DA: Es un concepto bastante holístico.
JC: Es así y en ese concepto encaja muy bien nuestra tienda de productos naturales y orgánicos donde vendemos pasta, pan y galletas sin gluten, variedades de café, jaleas, chocolate, huevos de patio etc. La política de la tienda es tratar de favorecer a cooperativas o pequeños productores.
Como parte de nuestra filosofía evitamos en lo posible el uso de productos químicos para la fumigación y el abono de las plantas. En su lugar hacemos y usamos infusiones o extractos de plantas, de chichicaste por ejemplo. Lo primordial es una buena nutrición de las plantas, eso las hace resistentes a hongos e insectos y minimiza la necesidad de fumigarlas. Como abono aplicamos broza y lombricompost que también vendemos aquí.DA: ¿Cuál es el enfoque del restaurante?
JC: Nos enfocamos en comida sostenible, orgánica y saludable. En este momento estamos complementando nuestra carta con un menú alternativo enteramente vegetariano. Este incluirá tamales, lasaña, hamburguesa vegetariana y mucho más. La hamburguesa, por ejemplo, es hecha con soya pero la preparación es como si fuera con carne. También acabamos de crear una pizza con tofu y sin gluten, cuya base es hecha de harinas de arroz, amaranto y garbanzo.
Además, cada fin de semana tenemos un menú especial diferente. Por lo general incluye platos típicos como pepián, pollo en mole, chiles rellenos, tamales, lasaña Maya etc.
Para estas fiestas de fin de año, sacamos un menú navideño, que incluye, entre otros: pavo con salsa de ciruelas, en pizza, pan de hierbas o en menú, así también pasteles y tamales navideños y de bebidas: ponche de frutas, chocolate y vino caliente.
Así mismo, en esta temporada ofrecemos nuestras diferentes áreas para convivios navideños y en el vivero están a la venta pascuas y pinabetes importados.
Siempre anunciamos nuestras actividades en nuestra página de Facebook. Visitenla!
